martes, 11 de septiembre de 2007

Visita a La Ciudadela y Mezquita




Día 28 (Miércoles)
Desayuno a las 9,30 horas, como siempre buffet, los hojaldres buenísimos, noticia fresca, Tomás padece el síndrome de Egipto (la diarrea), sería un milagro que se librara. No puede salir del Hotel, se queda en reposo forzoso. Mari Mar y yo decidimos ir a ver La Ciudadela y la Mezquita, copia de la Mezquita Santa Sofía en TURQUÍA, rodeada de murallas.

Salimos del Hotel y como hemos tardado un poco en tomar la decisión de irnos las dos solas a la Ciudadela, el taxista del día anterior ya se había marchado, entonces cogemos otro taxi, (un chico joven) bueno yo diría un montón de chatarra, me refiero al coche, ajustamos precio para la ida, pero al final decidimos que nos traiga al hotel de vuelta. Le decimos que dentro de una hora en el mismo sitio. Subimos al “taxi”, no tiene espejos retrovisores, cuando para por el gran atasco que se origina, no puede arrancar y le veo que se agacha y tira de un cordel, ¿estaremos seguras?, es una aventura, ¡¡¡¡ no !!!! es la gran aventura, ¿llegaremos a nuestro destino?, como no hay stop, ni ceda el paso, cuando tiene que torcer a una calle o incorporarse a la principal, se cuela, le pitan, sigue, le pitan, sigue, adelanta por la derecha, ahora por la izquierda, frena, tira del cordel, acelera, después de una hora de sobresaltos, por fin conseguimos llegar a la Ciudadela.
Sacamos nuestro ticket, para poder entrar al recinto de la Ciudadela (conjunto de murallas que rodean la Mezquita), nos ponemos en marcha y ¡eh aquí! el resultado. Vamos a entrar y nos piden que nos descalcemos, y con los zapatos en la mano nos adentramos al interior de la Mezquita para poder comparar con la de TURQUÍA, se asemeja bastante, hay mucha juventud, sobretodo estudiantes, también se ve mucho turismo.
Terminada la visita buscamos al taxista y no estaba a la hora indicada, esperamos cerca de una hora, se había ido a hacer algún viaje, no había cobrado la ida, esperamos……. mientras se acerca un “mansecret”, al final le entiendo y es un policía secreto, me enseña la pistola que lleva debajo de la chupa, se acerca con un policía vestido de uniforme y me pide 1 bolígrafo y caramelos para él y ya de paso para el mismo también….. ¡¡¡ por fin vemos al taxista !!!, viene despendolado, le decimos que se ha pasado de la hora, pero “no entiende”, subimos con cierto resquemor ¿llegaremos al Hotel?, sigue tirando del cordel, otra hora aproximada para el regreso, ¡¡¡ llegamos sanas y salvas !!! ¡que aventura señores!, le pagamos 50 libras, medio bocata, tabaco y caramelos, se lo tenía merecido.

Como Tomás está indispuesto, comemos las dos solas en “Caviar” y la comida no ha estado mal, nos vamos al Hotel a echar una partidita, mientras llega la hora de que vengan a recogernos para una cena que tenemos muy bonita en un barco, con un gran espectáculo. Nos recogen en el hotel a la hora convenida, y nos hacen una panorámica de EL CAIRO de noche, nos llevan a ver el monumento al soldado y nos dejan tres cuartos de hora en la Han Kalili, para que vayamos haciendo boca y nos entrenemos para el día siguiente.

Efectivamente, la cena estuvo muy bien, actuó un cantante, un Derviche bailando que hizo un baile espectacular nunca visto ¡¡¡ maravilloso !!! y luego la Danza del vientre, por una guapa egipcia, todo esto mientras que el barco navegaba por la noche a lo largo del río Nilo y enfrente la ciudad de El CAIRO, iluminada, es un sueño, irrepetible y una noche muy romántica. Allí nos vimos con Carmen y Mercedes, del grupo, con sus respectivos maridos, y con Lola y Rafael. Volvimos muy a pesar nuestro a las 2 h aproximadamente de la mañana, después de pasar una noche ¡¡¡ inolvidable !!!.

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