Nos deja un tiempo libre (poco), hay que hacer tiempo para ir a cenar, yo me acerco a un gran parque que hay con unos jardines preciosos, y todo muy limpio, variedad de arbolitos en su mayoría manzanos luciendo su fruto, la gente paseando y disfrutando de la naturaleza. Como he dicho todo está muy limpio y muy cuidado. Sus gentes están mentalizadas a conservar y cuidar sus ciudades.
Bueno nos subimos al autobús y nos llevaron a cenar, y a la altura de unas grandes galerías, nos despistamos y nos perdimos del grupo. No creáis que el guía se preocupó de que faltaban tres personas en absoluto, tranquilamente se puso a “engullir”, ¡si a engullir! porque no sabía comer. Mari Mar le llamó al móvil y lo cogió a la tercera llamada, al rato apareció sin pena ni gloria y corriendo como era su costumbre se dirigió al “restaurante” sin volver ni una sola vez la cabeza, no sabía si íbamos pegados o si nos habíamos quedado atrás. Os cuento, cuando llegamos le vemos que está tranquilamente “engullendo” y nos dice que nos coloquemos como podamos, era una cueva, ni os lo podéis imaginar, no había sitio, y me tuve que cabrear con él, hasta que nos buscaron un sitio y nos colocaron, ¡era una vergüenza!
No hay comentarios:
Publicar un comentario