domingo, 4 de noviembre de 2007

ALGUNAS FOTOS DE ANDORRA Y LOURDES




DÍA 25 DE SEPTIEMBRE (MARTES)

Día 25 de Septiembre (Martes)

Nos levantamos y decidimos ir a desayunar al pueblo para dar una vuelta, visitar sus calles y perdernos un poco entre la gente, hacia algo de fresco, pero era agradable, compramos lo más típico de la ciudad y después de un rato nos pusimos en marcha para no llegar muy tarde a casa. A medio día llegamos a Zaragoza y paramos a comer, gastamos unas cuántas horas en visitar la Basílica y a la Virgen del Pilar, con sus preparativos para la fiesta que ya estaba próxima.

De regreso a casa, a unos 150 kilómetros aproximadamente hicimos nuestra última parada del viaje a refrescarnos un poco y ya pensando a donde sería nuestra próxima salida.
$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$ FIN $$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$

SEGUIMOS CON EL DÍA 24

Nos pusimos manos a la obra, y con el mapa en la mano, y como copilota elegí el camino más corto para ir volviendo a España, y en el camino poder alojarnos a descansar para al día siguiente hacer la vuelta. ¡Oh Dios! ¡¡¡En que hora no hicimos caso al buen señor !!!

Nos metimos en el corazón de los Altos Pirineos, ¡claro que eran aproximadamente las 16,30 horas cuando empezamos la aventura, me explico…… nos dirigimos como ya dije por el camino mas corto marcado en el mapa, pero nunca sabiendo si había paso en la frontera o no. Pasamos mucho pueblos y muy bonitos, como Angelés-Gazost, Luz-Sant Sauveur, Gédre y cuando llegamos a Gavarnie, después de pasar miles de curvas, alturas que parecía que íbamos en avión, puertos y más puertos, soltábamos uno y nos metíamos en otro, paradas por animales, etc. como digo llegamos a Gavarnie y se acabó la carretera, en lo alto de la montaña, con unas vistas de ensueño, pero…. no había mas carretera, estuvimos 2 horas de camino.
Llegamos allí, paramos el coche y nos dirigimos a una tienda que había de todo para turistas, después de preguntarle a un chico joven y decirnos, muy enfadado, que no podíamos proseguir nuestro viaje como no fuera andando y teníamos 3 horas, en coche no podíamos pasar la frontera, porque España no ha hecho carretera, Francia sí, entonces nos dijo que no había más opción que volvernos a Lourdes y coger la carretera que va a Pau, o sea subir hacia el norte de Francia, para luego bajar y poder entrar por Sabiñánigo (el primer pueblo más grande que estaba en el itinerario) hacia España. Creí que nos iba a dar algo, ¡¡no podía ser!! ¡¡¡ era una pesadilla !!!, otra vez 2 horas de curvas, puertos, etc. y la mala jugada es que llevamos el tiempo en nuestra contra, porque se echaba la noche encima.
A la bajada y de vuelta a Lourdes, nos volvimos a encontrar con la manada de vacas y otra vez que tuvimos que parar. Después de volver a consumir las 2 horas de viaje, llegamos a Lourdes, ya era de noche pero todavía no había caído el manto de la noche, con lo cuál sugerí continuar nuestro viaje para acercarnos lo más posible a la frontera con España, ¡en que hora!, tampoco hicimos caso al joven francés, que nos dijo que buscáramos alojamiento en Lourdes, en la carretera.

Pues bien, desde allí, tomamos dirección a Pau, subiendo hacia el norte de Francia, pasamos por muchos pueblos, en todos ellos parábamos buscando para dormir, pero como esta gente se acuesta tan pronto, en la mayoría estaban durmiendo, y los que estaban levantados no había habitación, estuvimos mas de cuatro horas en este plan, antes de llegar al pueblo de Igon, tomamos el desvío para Bruges pasando por muchos pueblecitos, en uno de ellos, en un hotel llamó Tomás y le salieron dos mastines, uno de ellos le enganchó del brazo y no le soltaba, el otro venía corriendo para ayudar al compañero, hasta que a los gritos salió la dueña por la ventana, les dio la orden y le soltaron, le dijo muy enfadada que no había alojamiento que estaba completo (la había despertado). Cuando volvió al coche, que por lo que tardaba, yo creí que había encontrado para dormir, venía blanco y con un susto en el cuerpo…….
me dice…”un poco mas y no lo cuento”.

Seguimos nuestro camino y seguimos buscando alojamiento, pero ahora con mucha precaución y buscando a través de todos los pueblos que íbamos pasando, nos metíamos en un puerto, salíamos y nos metíamos en otro y así hasta que nos encontramos en el punto más alto de los Pirineos, con las nubes en el suelo, no se veía ni a un metro, se iba guiando por la raya blanca del centro, hasta que ya no podíamos más de la tensión de nervios y paramos, menos mal que había un aparcamiento a propósito, para estas circunstancias, había coches aparcados y pensamos que les había pasado algo parecido a nosotros y estarían durmiendo, estuvimos parados aproximadamente algo más de una hora, pero me horrorizaba pensar que teníamos que quedarnos a dormir en el coche a tal altura, entonces ví la luna que asomaba de entre las nubes, parecía que la noche tenía una pequeña lucecita y una pequeña esperanza asomaba a mi estado de nervios, pasaron dos coches cada uno en dirección contraria, nos pusimos en marcha lentamente, vamos a intentarlo... ¡oh! ¡¡ no andamos ni diez metros, la frontera española, se veía perfectamente !! pude leer “Restaurante Pepe”, respiré profundamente, nos acercábamos hacia la media noche, sin alojamiento, pero en mi país.

Entramos por Formigal hasta Sabiñánigo, pero seguimos hasta Jaca, a poco más de las 12 de la noche encontrábamos alojamiento, a duras penas en un Hotel en Jaca. ¡¡¡Por fin pudimos descansar!!!

sábado, 3 de noviembre de 2007

Día 24 de Septiembre (Lunes)
Pues como es de suponer nos levantamos tempranito y la Sra. del Hotel, nos tenía una mesa preparada con el desayuno, (6 € por persona) después de llenar el vacío que teníamos de la noche anterior, mas que hambre, la costumbre de cenar, nos pusimos en camino para acortar la distancia de los 100 km. que nos separaba de Lourdes, entre arboledas, granjas y animalitos, que parece que no, pero que te alegran la vista y te hacen el viaje más ameno que una autopista de cemento, con la suerte de un día soleado y primaveral. Cogimos la Carretera que va hacia Tarbes un pueblo de Francia, ya en los Altos Pirineos, pero cogimos un atajo desviándonos en el pueblo de Montgaillard, desde allí a pocos kilómetros nuestro destino, pero hasta llegar a este punto pasamos por unos pueblos muy bonitos, como St. Girons, St. Gaudens, etc.
Al fin llegamos a Lourdes, lo primero que se ve la Basílica, destaca por su altura 72 metros de largo por 33 de ancho, más 4 metros de la cruz que corona la Basílica de color cobre y bastante pesada. Tanto el exterior como el interior de la Basílica es de una belleza sin igual, de estilo romántico y neo-gótico, el entorno que lo rodea es bellísimo y que puedo decir ¡que soy una enamorada del paisaje francés y de sus pueblos!
Una vez allí, visitamos la Basílica por dentro y por fuera, admiramos el entorno donde está ubicada con el río incluido, después nos fuimos a la Gruta, donde se apareció la Virgen, pudiendo contemplar la fe de los peregrinos rezando y dando gracias por los favores recibidos y haciendo sus promesas. Llenamos una botella de agua, dicen milagrosa, la gente llenaba sus botellas en cantidad para llevárselas a sus hogares.
Nos fuimos a comer a un sitio muy bonito que entendían un poco de español, después nos fuimos a tomar café y dimos un paseo por las calles de la ciudad, nos quedamos sorprendidos, no quedaba ni un hueco libre que no fuera una tienda, de lo que sea, pero negocio, lo que pidas allí lo encuentras, esto estropea un poco las creencias de la gente.
Decidimos ponernos en marcha, en vez de buscar alojamiento, pues había mucha gente y sería difícil de encontrar, aunque creo que no imposible, pero aún así decidimos marcharnos, después de haber hablado con un español que tenía un negocio y preguntarle para volver a España, cuál era el camino más corto. Nos informó muy bien, pero no le hicimos caso y así nos pasó.
Después de despedirnos de Lourdes pensando ¡eso sí! volver otra vez, atravesamos la ciudad y nos dirigimos con dirección a Pau, un pueblo de Francia, había dos salidas en esa dirección y elegimos la que nos pareció mejor, nunca haciendo caso al señor español que tan amablemente nos informó.


Día 23 de Septiembre (Domingo)

Como digo madrugamos para perdernos un ratito por el pueblito y sacar algunas vistas antes de ponernos en marcha hacia Andorra la Vella, estaba nublado, pero hacía muy buena temperatura.

Nos subimos al coche y salimos hacia Andorra que como estaba muy cerquita no tardamos en llegar, pasamos la aduana, donde los Guardias aduaneros se estaban poniendo las botas registrando a los que iban en sentido contrario a nosotros, o sea a los que entraban a España. Pasamos por el gran pueblo Seo de Urgel, sin visitarlo, pues no quisimos perder más tiempo, queríamos llegar pronto al centro de la ciudad de Andorra, lo que sí hicimos fue parar en Sant San Juliá de Lóira en los primeros grandes almacenes que vimos, para estirar un poco las piernas, pasar por los lavabos y hacernos una idea de lo que allí había. Era un ir y venir de mucha gente, subían, bajaban, todo el mundo con grandes bolsas, yo la verdad es que no ví ninguna ganga, pero como nuestro fin no era el de comprar, seguimos hasta el centro.

Aparcamos en un parking público para estar más tranquilo, porque allí también existen las zonas azules y nos adentramos en la ciudad para saborear un poco lo que es Andorra. Estuvimos paseando a lo largo de la calle llena de tiendas, hasta llegar a la iglesia del pueblo, estaba muy oscura y la verdad es que no me gustó. Recorrimos un poco la ciudad, que aunque no es muy grande, pero tiene unos alrededores muy bellos y cuando nos cansamos de pasear nos fuimos a comer, nos metimos en unos grandes almacenes, muy parecidos al Corte Inglés de aquí y nos subimos a la Cafetería, había Buffet libre y allí repusimos fuerzas para seguir nuestro camino.

Salimos hacía las 16,30 h camino de Lourdes, pasando la frontera de Andorra-Francia, con una fila interminable de coches, que tardamos una hora larga en pasarla, aunque los guardias no paraban, pero había que aflojar la marcha al pasar por la aduana, por fin pudimos emprender el camino a una velocidad más normal, adentrándonos en los Pirineos, por una buena carretera, ¡eso sí! llena de curvas y más curvas, pudiendo admirar tan bello y espectacular paisaje que ofrece la zona. Cuando empezó a anochecer, buscamos alojamiento, pero queríamos quedarnos lo más cerca posible de Lourdes, entonces se nos hizo de noche y a 100 km. aproximadamente paramos en un hotel en carretera, como era de esperar, mientras que contratábamos la habitación, pude leer un cartel que decía “comedor fermé”, por lo que esa noche hicimos un poco de régimen, ya que todavía nos quedaban algunas manzanas, y unas papas fritas que había comprado, ¡estos franceses son la repera! ¡¡¡se acuestan antes que las gallinas de mi pueblo !!!, como tampoco entendíamos la televisión, a la cama tempranito que mañana hay que madrugar.

VIAJE A LOURDES PASANDO POR ANDORRA



Día 22 de Septiembre (Sábado)

Salimos de casa aproximadamente a las 12 h con nuestro coche nuevo, a pasearle y que gaste un poco las bielas, para eso y para disfrutar de cuatro días elegimos un destino que no conocíamos, ¡Lourdes!, pero para llegar allí, nos habíamos propuesto desviarnos y pasar por Andorra, que tampoco conocíamos.

Pusimos el turbo, pero con tranquilidad, porque de lo que se trataba era de conocer cosas nuevas, pero disfrutando cada segundo y sobre todo el paisaje, después de pasar Guadalajara y ya saliendo de su provincia, cuando llevábamos 1 hora y media aproximadamente de trayecto hicimos un alto para refrescarnos, lo justo. Seguimos nuestro camino y decidimos parar ya en la provincia de Soria para comer.

Después de tener el estómago un poco menos vacío, proseguimos nuestro viaje hacia Andorra, pasamos por Zaragoza y su provincia y nos desviamos hacia Lérida, ya pasando la ciudad cogimos el desvío que nos llevaría a la carretera con dirección a Andorra, pero nos sorprendieron unas nubes negras que descargaron a nuestro paso y no veíamos a más de dos metros, menos mal que duró poco, avanzamos un poco más y hacia las 6 de la tarde, en un pueblecito muy bonito, Coll de Nargó y a 36 kilómetros de Andorra, paramos en la carretera buscando alojamiento. Nos dieron una habitación muy confortable, y nos fuimos a ver el pueblo, pues era una monada, nos encantó, estaba situado en una montaña, estuvimos paseando pero no hicimos fotos, ya que era al atardecer y no había suficiente luz. Entramos a un horno/pastelería y nos compramos una especie de suizos rellenos de nata con crema catalana que estaban deliciosos…. ¿Qué engordan? !!! ya lo sé !!!, pero no me puedo resistir a probar las delicateses de cada región, ya me lo quité en la cena, pues por esa zona cierran muy pronto los comedores o restaurantes (será por su tendencia a los franceses) y nos quedamos sin cenar, bueno pero comimos de la reserva. Nos acostamos tempranito como el momento lo requiere y así al día siguiente madrugamos para hacer unas fotos de tan bonito pueblo, no sin antes tomarnos un buen desayuno.