domingo, 4 de noviembre de 2007

SEGUIMOS CON EL DÍA 24

Nos pusimos manos a la obra, y con el mapa en la mano, y como copilota elegí el camino más corto para ir volviendo a España, y en el camino poder alojarnos a descansar para al día siguiente hacer la vuelta. ¡Oh Dios! ¡¡¡En que hora no hicimos caso al buen señor !!!

Nos metimos en el corazón de los Altos Pirineos, ¡claro que eran aproximadamente las 16,30 horas cuando empezamos la aventura, me explico…… nos dirigimos como ya dije por el camino mas corto marcado en el mapa, pero nunca sabiendo si había paso en la frontera o no. Pasamos mucho pueblos y muy bonitos, como Angelés-Gazost, Luz-Sant Sauveur, Gédre y cuando llegamos a Gavarnie, después de pasar miles de curvas, alturas que parecía que íbamos en avión, puertos y más puertos, soltábamos uno y nos metíamos en otro, paradas por animales, etc. como digo llegamos a Gavarnie y se acabó la carretera, en lo alto de la montaña, con unas vistas de ensueño, pero…. no había mas carretera, estuvimos 2 horas de camino.
Llegamos allí, paramos el coche y nos dirigimos a una tienda que había de todo para turistas, después de preguntarle a un chico joven y decirnos, muy enfadado, que no podíamos proseguir nuestro viaje como no fuera andando y teníamos 3 horas, en coche no podíamos pasar la frontera, porque España no ha hecho carretera, Francia sí, entonces nos dijo que no había más opción que volvernos a Lourdes y coger la carretera que va a Pau, o sea subir hacia el norte de Francia, para luego bajar y poder entrar por Sabiñánigo (el primer pueblo más grande que estaba en el itinerario) hacia España. Creí que nos iba a dar algo, ¡¡no podía ser!! ¡¡¡ era una pesadilla !!!, otra vez 2 horas de curvas, puertos, etc. y la mala jugada es que llevamos el tiempo en nuestra contra, porque se echaba la noche encima.
A la bajada y de vuelta a Lourdes, nos volvimos a encontrar con la manada de vacas y otra vez que tuvimos que parar. Después de volver a consumir las 2 horas de viaje, llegamos a Lourdes, ya era de noche pero todavía no había caído el manto de la noche, con lo cuál sugerí continuar nuestro viaje para acercarnos lo más posible a la frontera con España, ¡en que hora!, tampoco hicimos caso al joven francés, que nos dijo que buscáramos alojamiento en Lourdes, en la carretera.

Pues bien, desde allí, tomamos dirección a Pau, subiendo hacia el norte de Francia, pasamos por muchos pueblos, en todos ellos parábamos buscando para dormir, pero como esta gente se acuesta tan pronto, en la mayoría estaban durmiendo, y los que estaban levantados no había habitación, estuvimos mas de cuatro horas en este plan, antes de llegar al pueblo de Igon, tomamos el desvío para Bruges pasando por muchos pueblecitos, en uno de ellos, en un hotel llamó Tomás y le salieron dos mastines, uno de ellos le enganchó del brazo y no le soltaba, el otro venía corriendo para ayudar al compañero, hasta que a los gritos salió la dueña por la ventana, les dio la orden y le soltaron, le dijo muy enfadada que no había alojamiento que estaba completo (la había despertado). Cuando volvió al coche, que por lo que tardaba, yo creí que había encontrado para dormir, venía blanco y con un susto en el cuerpo…….
me dice…”un poco mas y no lo cuento”.

Seguimos nuestro camino y seguimos buscando alojamiento, pero ahora con mucha precaución y buscando a través de todos los pueblos que íbamos pasando, nos metíamos en un puerto, salíamos y nos metíamos en otro y así hasta que nos encontramos en el punto más alto de los Pirineos, con las nubes en el suelo, no se veía ni a un metro, se iba guiando por la raya blanca del centro, hasta que ya no podíamos más de la tensión de nervios y paramos, menos mal que había un aparcamiento a propósito, para estas circunstancias, había coches aparcados y pensamos que les había pasado algo parecido a nosotros y estarían durmiendo, estuvimos parados aproximadamente algo más de una hora, pero me horrorizaba pensar que teníamos que quedarnos a dormir en el coche a tal altura, entonces ví la luna que asomaba de entre las nubes, parecía que la noche tenía una pequeña lucecita y una pequeña esperanza asomaba a mi estado de nervios, pasaron dos coches cada uno en dirección contraria, nos pusimos en marcha lentamente, vamos a intentarlo... ¡oh! ¡¡ no andamos ni diez metros, la frontera española, se veía perfectamente !! pude leer “Restaurante Pepe”, respiré profundamente, nos acercábamos hacia la media noche, sin alojamiento, pero en mi país.

Entramos por Formigal hasta Sabiñánigo, pero seguimos hasta Jaca, a poco más de las 12 de la noche encontrábamos alojamiento, a duras penas en un Hotel en Jaca. ¡¡¡Por fin pudimos descansar!!!

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