sábado, 15 de noviembre de 2008

Sr. Eiffel Vista desde arriba de la Torre Eiffel
Terminada nuestro agradable y relajante paseo nos fuimos a visitar el SAGRADO CORAZÓN. Subimos en el Funicular de Montmartre, nuevo medio de transporte para Víctor, aunque no para Mario, que ya hizo su debut en nuestro viaje a Suiza, al Monte Pilatus. El Funicular nos dejó a la entrada de la Basílica, de construcción romana y bizantina, empezada el año 1875 y terminada en el siglo XX, (1914) me gustó mucho y aunque no dejan fotografiar no pude contenerme el deseo de robarle algunas fotos.

Terminada la bonita visita a la Basílica y después de ver el ambiente que se respiraba de gente sentada en la escalinata y a lo largo de ellas hasta terminar, nos fuimos a meternos entre la gente que paseaba por las calles famosas de Montmartre de PARÍS, junto con el ambiente de las terracitas y famosos cafés parisinos.
Después de tomarnos un cafetito decidimos bajar de vuelta hacia el centro, o sea acercarnos de nuevo a los alrededores de la TORRE EIFFEL, se acercaba la hora de los fuegos artificiales, ya que no he dicho que hoy día 14 es el gran día nacional de FRANCIA y prácticamente se para el país para tal acontecimiento y celebración de la fiesta. Por esa razón las escalinatas del SAGRADO CORAZÓN, ya que está situado en lo alto de una Colina, se iban llenando cada vez más, de gente que iba tomando aposento con el fin que, desde esa altura se verían mejor los fuegos artificiales.

Después de cenar nos fuimos acercando hacia la explanada de la Torre, pero ya no se podía andar, la ocupación de la gente era total, no encontrábamos hueco para ponernos y sobretodo cuando llevas niños que no puedes perderlos ni un solo minuto de vista, con lo cual nos acoplamos donde pudimos, pero no se veía como cuando hay menos gente, pero la verdad es que yo creí que iba a ser una apoteosis, nada mas lejos de la realidad, me quedo con los bellísimos fuegos artificiales de mi tierra.

Sí tengo que decir que la Torre estaba muy bonita adornada con sus 12 estrellas de la Comunidad Europea y su iluminación en azul con destellos en blanco cada media hora la hacían destacar de todos los monumentos.

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