martes, 11 de noviembre de 2008

CONTINUAMOS CON EL DOMINGO

Uno de los bonitos puentes de París
El Hotel lo teníamos a las afueras de PARÍS al noroeste, y teníamos bastantes estaciones con su correspondiente trasbordo, para movernos por PARÍS, lo primero que hicimos fue comprar un bono para todos los servicios de transporte que durara hasta los cuatro días. En una misma línea hay dos trenes que circulan en la misma dirección hasta llegar a un punto, allí se separan y uno va a un destino y el otro a otro. Para diferenciar el que va a un sitio y no al otro han pintado los trenes, uno azul y el otro amarillo, bien pues nosotros cogimos el amarillo, en vez del azul, pero no nos preocupó porque eran bastantes estaciones, ¡claro que nos podíamos bajar en cualquiera de ellas y esperar que viniera uno azul!, pero ….. ¡el destino está marcado!, tuvimos que apurar hasta la última estación para bajar y cambiar de color, como así lo hicimos, bajamos y esperamos al tren azul, venía muy cargado, pero encima al subir nosotros subió mucha más gente y ahí pasó lo que pasó, apreturas, maletas, cuidado con los niños, empujones, etc., aunque procuramos ponernos en un lado y tener todo controlado, ¡¡¡¡sucedió!!!! le dije a mi marido: “llevas el bolso abierto” ¡que raro! lo cerró, pero no se imaginó que le estaban intentando robar, con lo cuál no prestó mucha atención, a la segunda vez que le dije que llevaba el bolso abierto ya le había volado la cartera, ¡sí!, enganchó al supuesto ladrón/es, pero muy listos ellos, tiraron la cartera al suelo y el dinero (novecientos euros) se lo pasaron a un tercero que tenía mucha prisa por salir, a pesar de los gritos de ¡policía!, ¡policía! con las apreturas, la gente que sube y baja, el tren que se va…… paso todo en un flash. La gente que estaba viendo todo le dijo a mi marido que fuera rápidamente a denunciarlo porque el metro tenía cámara de grabación y los podían coger, eran de origen árabe.

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