martes, 21 de agosto de 2007

SALIMOS HACIA LA CIUDAD DE ASSUÁN






Día 23 (Viernes)
Sonó enseguida la diana de la recepción del barco, parecía que nos acabábamos de acostar, eran las 6,30 h, teníamos media hora para asearnos y bajar a desayunar, a las 7,30 h salíamos desde la ciudad de ASSÚAN hacía el poblado Nubio. Bueno pues salimos del barco y ya nos estaba esperando un nuevo guía llamado Taret que nos conduciría a una lancha para cruzar a la otra orilla del río Nilo y llevarnos a visitar el primitivo pueblo Nubio, de frente lo primero que vemos son unas tumbas y a continuación llegamos al pueblo, pero en el viaje nos salen unas barquitas chiquitas cada una con un crío dentro de aproximadamente entre doce y catorce años, tatareando las canciones mas famosas de España, con el fin de que les eches algo de dinero o lo que sea, ¡como manejan la barca con una sola mano! la otra la emplean para sujetarse a la lancha, salen a relucir las serejes, macarena, etc. etc.
Estamos a punto de atracar y nos reciben una avalancha de críos, como también adultos, todos ellos pidiendo, llevaba una bolsa llena de cosas, empecé a repartir, pero se complicaban las cosas, se pegaban entre sí, (mi pensamiento se trasladó en un momento al Alto Atlas, en Marruecos) pedían dinero, el guía me regaño y me dijo que no le dejaba hacer su trabajo, entonces tuve que guardar la bolsa, pero los críos no se despegaban de mi lado, nos metieron en la escuela del poblado para que la maestra, una chica muy joven, nos hiciera una demostración del idioma primitivo nubio, mientras por la ventana los niños me vigilaban.
Cuando terminó la clase, nos dirigimos a pasear por una calle sin asfaltar con unos cuántos puestitos vendiendo especias, por el camino me dice el guía, con la boca cerrada y entre dientes, “no des nada a nadie, guarda la bolsa, y me la das a mí, que yo también tengo mujer y niños” ¿os podéis hacer idea de cómo se me quedó el cuerpo? me quedé sin palabras, bueno enseguida reaccioné, le dije que no se preocupara que le dejaría una bolsa con un poco de todo para él, y seguí repartiendo como pude. Nos llevó hacia un patio, donde nos sentaron y nos enseñaron un pequeño cocodrilo y una joven que te grababa un dibujo con un tinte, sin pedir nada a cambio, pero no estaba de más en echarle alguna moneda.
A la vuelta para regresar al barco, pasamos por isla elefantina, y por el Hotel donde rodaron películas de Ágata Christi. Llegamos a la hora de la comida. Después nos subimos al salón, nos tomamos nuestro cafetito y ya sabéis……. a echar la partida. Hoy es el día de fiesta en Egipcio, cierran por la mañana, abren por la tarde.
El grupo de los 15 ya no era tal grupo, Vicenta y su marido Juan Manuel, de Sabadell, se iban al Cairo, como también Mari Mar y Angel, de Vicálvaro, también los novios Paco y Lourdes de Badajoz se fueron a Hurgada, aunque a esta parejita, nos la encontraríamos luego en El CAIRO, con los amigos Carmen y Mercedes y sus respectivos maridos Domingo y Guillermo, de Aluche (Madrid) nos encontramos antes, así como con Lola y Rafael, de Granada. El guía Mohamed I, también se marchó con ellos, aunque volvimos a verle después. No obstante nos dio tiempo todavía a echar una partida con Angel.
Después de quedarnos totalmente solos, decidimos dar un respiro y salir a pasear un poco por la ciudad de ASSUÁN, empezamos a andar, siempre con el agobio de la gente, y nos presentamos en una calle que parece ser una de las principales por el comercio que tiene y el ir y venir de las gentes, en el paseo nos salen chiquitos vendiéndonos pulseras, otros pidiéndonos que le cambiemos euros en libras, de aquí el primer timo que nos dieron (a Tomás), le soplaron 6 € y no se enteró hasta que fue a pagar una tarjeta de teléfono que compramos para llamar a España.

Con el consiguiente cabreo nos adentramos en el zoco, calles sin empedrar y todo levantado, estuvimos en una de las tiendas que había en la calle principal y estuvimos comprando algunas cosillas de plata, en un puestecillo de la calle a Mari Mar le ofrecieron tabaco y después de mirar y remirar el paquete, pensó que no era falso y compró por un buen precio, pero el vendedor a toda costa quería vender dos cartones, no se conforman nunca con lo primero quieren más y al final consiguió que le comprara los dos cartones (20 €), seguimos nuestra ruta y nos acercamos a una tienda que tenía un puestecillo en la calle y su dueño un charlatán que de alguna manera quería envolvernos, me metió en su tienda para enseñarme una estampa con la imagen de San Jorge, se confesó católico ortodoxo diciéndonos que se llamaba Jorge, al final le compramos una pulsera de plata cada una y según íbamos de camino hacia el barco, para ir a cenar, se le ocurrió encender un cigarrillo del nuevo paquete recién adquirido y el pitillo se esfumó como alma que lleva el diablo, al final la engañaron, segundo timo de la tarde, con lo cuál empezó a repartir los paquetes de tabaco, los dos primeros se los dio al policía que vigilaba nuestro barco y así sucesivamente.

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