domingo, 26 de agosto de 2007

PASEANDO POR LA CIUDAD DE LUXOR







Día 25 (Domingo)


Hemos estado toda la noche navegando y ya hemos llegado a LUXOR. En el canal 24 dicen que España ha cambiado la hora, es la misma que en EGIPTO. Bajamos a desayunar y ….. ¡estaba cerrado el comedor! ¿estaremos solos, solos en el barco?, son las 8,30 h., nos ve el Recepcionista, viene corriendo, nos abre el comedor y vemos con asombro solamente nuestra mesa está montada y no faltaba de nada. Estábamos solos.
Decidimos salir del barco y poder conocer algo de la ciudad, paseamos a lo largo de toda la calle paralela donde atracan los barcos y desembarca la gente para visitar la ciudad y los monumentos que hay en ella, nos da la brisa en la cara, es una gozada pasear por la ciudad de LUXOR, es grande, pero se palpa la pobreza también.

Negociamos una calesa (3 €), es un charlatán, va acompañado de un joven, nos da una vuelta y nos mete en el mercado árabe, ¡¡ uf !! carne con moscas, tomatitos, pepinitos, mucha verdura, pescado, ropa muy sucia, se palpa la pobreza, y nosotros montados en calesa pasando por todos los puestos en una calle muy estrecha. Nos lleva al mercado del turista y nos hace una encerrona para que compremos y así le pueden dar a él algo de comisión. Bueno compré un papiro le dimos 8 €.

Volvemos al barco a comer, hace mucho calor, pero no me hago a la idea de estar en un país como es EGIPTO y volverme a encerrar en el barco hasta el siguiente día, por lo que decido ir a dar una vuelta o ir al museo, pues las dos cosas, el que quiera que me siga, yo aprovechando el tiempo. Vamos al Museo y aunque es bastante caro, pero está muy interesante, con sus grandes figuras de los faraones de distintas épocas y sus momias, a Tomás es lo que más le atrajo (¿?), se recreaba mirándolas, yo las pasé deprisa.

Luego nos vamos a dar una vuelta, nos metemos por unas calles, que cualquier persona no se mete, no por inseguridad, ¡por supuesto que no!, pero ……..¡ bueno que os voy a contar!, al final el calor y el agobio de los de las calesas parando, al igual que los taxistas preguntándonos que si queremos…….. , no podemos pasear tranquilamente, nos agota y nos volvemos al barco.

Me estaba esperando el masajista, había quedado con él, para ponerme al día y con esas manos tan buenas, me puso. Me dio un masaje desde los dedos de los pies hasta el cuello, si el masaje de china fue bueno, tengo que decir que este no tiene nada que envidiarle, muy bueno y el masajista simpatiquísimo, agradable y muy educado, firmé la cuenta para el barco por media hora y me tuvo una.

Bajamos a cenar, nuestro café con partida y a intentar dormir, pero ¡oh sorpresa!, esta noche llegan nuevos barcos y con los motores en marcha no pegamos ojo.

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