Vamos a ver el Palacio de los Vientos

Observatorio de Jai Singh
Cenando a la luz de la luna

El Hotel en Jaipur, iluminado de noche

Terminamos de comer y nos lleva Bala a una Joyería como barata ¿? Y compramos ¡como no!, pero como siempre, la picaresca del engaño. Bueno seguimos y nos vamos a hacer la visita tan esperada por mí, al PALACIO DE LOS VIENTOS, que aunque nada mas sea sacar la foto de rigor, pero antetal belleza...... ¡¡ me quedo sin bateria!! ¡tenía que pasarme!, menos mal que está Mari Mar con su cámara y hace la ansiada foto, no obstante ver la fachada "in situ" es un privilegio par mí. Observo, miro extasiada, porque no es para menos, y de repente ¡oh! estamos rodeados de gente que tiran de nosotros para vendernos algo de sus tiendas, ¡otra vez a comprar!, ¡"entrar a mi tienda, que solo mirar"!.... ¡entramos!

Mari Mar quiere comprar una blusa, pero no hay de su talla, salimos.... Hay un gancho que dice llamarse amigo de nuestro guia y nos indica la joyería, Mari Mar entra, yo me quedo en la calle con Tomás, pero al final prefiero mirar dentro antes que quedarme en la calle, por lo menos estoy a cubierto, sí, sí... al final después de mucho tiempo de regateo, las dos salimos con las pulseras puestas y yo en partricular engañada. Salimos nuevamente a la calle, otra vez todos tirando de nosotras para que entremos, ¡¡¡es imposible!!! ¡que agobio! No te puedes parar ni un minuto, ni siquiera pasear, ¡cómo me gustaría!, ¡nada!....., salimo corriendo y está el conductor con el coche, nos metemos y cerramos las puertas, derechos al Hotel.

Descansamos un rato y nos fuimos a cenar, cenamos en un italiano dentro del mismo Hotel, pagamos la pasta un poco cara, ellos tomaron lo de siempre, espaguetis, yo me decidí por un rissotto, con bebida incluída y sin postre, pagamos 20 € por persona. Después nos fuímos a la habitación y hasta la hora de dormir, echamos una partidita, quedando en paz.