domingo, 1 de julio de 2007





Día 9 de Abril

Hoy nos vamos con destino a Guilín, pero como el vuelo sale a las 7,30 h tenemos la mañana libre para ir de compras. Dejamos las maletas en la puerta y después a desayunar. Nos vamos andando hacía la calle peatonal de Hangzhou, que son todo tiendas sobre todo de artesanía y según vamos, vemos un supermercado y entramos a comprar una botella de agua, cual es nuestro asombro que nos acercamos donde venden los pollos y el pescado y vemos una gallinera llena de gallinas y los peces vivitos y coleando dentro de una especie de bañera grande, nos quedamos mirando y vemos que el pollo eliges vivo el que quieres y te lo preparan en el momento, lo mismo ocurre con el pescado y otras variedades como el anguila, etc. Nosotros mirábamos con expectación y asombro y ellos nos miraban a nosotros con curiosidad. ¡Así es la vida! Bueno proseguimos nuestro camino y por fin llegamos a la calle peatonal, nos metemos en un stand que venden Swaroski, compramos unos colgantitos, pero no hay regateo posible ¡que raro!, nos hacemos unas fotos con las dependientas, y seguimos nuestro paseo, empieza a llover y salen los paraguas a las puertas de los establecimientos como moscas, compramos tres a un euro cada uno, damos una vuelta y nos vamos al hotel en taxi. El coche nuevo por fuera y viejo por dentro, pero llegamos al hotel, nos vamos a comer a las 14 h, nos tomamos un cafetito y a esperar al Autobús que nos llevará al Aeropuerto, destino Guilín, el avión sale a las 7,30 h, el vuelo duró 1,50 h, nos dieron la cena en una caja ¡muy modernos! y después un café. Había muchas turbulencias y el avión que no era tan grande como el que traíamos de París, se movía mucho, pasamos miedo, pero no tanto como la bajada que hizo el vuelo de París a Shanghai, cuando pasábamos por los Montes Urales. Llegamos a Guilín, nos trasladaron al Hotel SHERATON, era de lujo, pero le faltaba un poco de mantenimiento, la verdad era muy bonito. Nos dejaron las maletas en la puerta de nuestra habitación, como de costumbre, y después de colocar un poco, nos fuimos a cenar, y dar una vueltita, como es de suponer, no se puede perder el tiempo, cuando haces un viaje de este calibre.

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