domingo, 22 de julio de 2007








Día 16 de Abril

Día libre y …..¿en que vamos a gastar nuestro tiempo? ¿eh? En el Mercado de la Seda, ¡¡¡que bien lo pasamos!!!, para rematar el viaje. Se vino Lina con nosotros, la guía que nos ha acompañado durante todo el viaje, nos llevó al metro a todo el grupo, los ojitos rajados se nos quedaban mirando, éramos un espectáculo para ellos, llegamos a la estación correspondiente y allí nos dejó en el dichoso Mercado de la Seda y a nuestro libre albedrío…¡¡¡ Oh Dios, para volverse loco !!! y locos casi nos volvemos. Puedo decir que hicimos un alto para llevarnos algo a la boca, pues tan ensimismados estábamos con los stands que no nos acordábamos ni de comer. Después seguimos con nuestros regateos.

Bueno todavía no he dicho nada de Pekín, o Beijing, como la llaman los chinitos, es una ciudad que lleva un proceso de modernización imparable que ha iniciado hace varios años, que va camino de un país de economía capitalista, que tiene canales de agua que abastecen a la ciudad y la embellecen, así como sus jardines, especialistas éstos en jardinería. Al igual que en Shanghai, edificios altos muy modernos y acristalados contrastan con las antiguas casas de ladrillo que componen el casco antiguo de la ciudad, que son las de mayor valor social, histórico y cultural, en vías de extinción. La jornada laboral es de 8 horas, pero cuando salíamos por la noche los obreros seguían trabajando, fuese la hora que fuese, en especial la construcción. La juventud aprende rápido de los occidentales, y entran rápidamente en el modernismo, sus ropas, sus peinados su forma de vestir y hasta la forma de comer (comida rápida).
Por ser hijos únicos, son cuidados y mimados al máximo.

Pero puedo decir que aún así, aunque se vaya perdiendo el encanto de lo antiguo y entren en el progreso poco a poco, Pekín al igual que todas las ciudades de China que están en pleno desarrollo, me han encantado y merece la pena visitar este país.

Bueno sigo mi relato en cuánto al presente día, terminamos comiendo en el MacDonald’s, después continuamos con nuestras compras hasta faltarnos el aliento. Después cogimos un taxi, ¡¡¡que ya nos costó!!! hasta que uno supo llevarnos al Hotel, tan sólo por 2 euros, merecía la pena.

Quedé con la guía (Lina), cogimos un taxi que nos cobró 6 € ida y vuelta, y me llevó a casa de un chinito, aproximadamente a 20 o 30 km, pero seguíamos estando en la ciudad (a mi se me hizo una eternidad), que vendía productos naturales, le compré algunos frascos de cápsulas para los huesos, también les llevé a unos del grupo que me lo encargaron.

Cuando volvimos al Hotel, nos fuimos los tres con un matrimonio joven (Rocío y José Ignacio) a cenar a Pizza Hut, cenamos bien y lo pasamos muy divertido. Después regresamos al hotel, ya sabéis…. a dormir, ¡estábamos muy cansados! Había que madrugar mucho, partíamos para España al día siguiente, bueno a las pocas horas.

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