jueves, 24 de febrero de 2011

Estamos visitando Lisboa

Lisboa de noche

Pastelería de la Vía Augusta

Famosas y deliciosas queijadas

Terminamos de tomar el café dando un respiro a los pies y a los niños que también se cansan, menos de jugar ¡por eso son niños! Estaba anocheciendo y decidimos coger un autobús para hacer un tour por la ciudad, pero como no sabíamos si el nº de autobús era el correcto o no, nos llevó fuera de la ciudad cerca de 15 kilómetros y a medida que el autobús se iba quedando vacío, la poca gente que quedaba murmuraban extrañados que a dónde nos dirigíamos, entonces Jose se dirigió al conductor y le preguntó, le dijo que nos bajáramos en la próxima estación que no llegáramos hasta la última parada porque no era recomendable y que volviéramos a coger el mismo autobús pero de vuelta a LISBOA, llegamos y como siempre apenas había alguien por la calle, buscamos un sitio para cenar y nos fuimos otra vez a la Vía Augusta, estaban casi todos los establecimientos ya cerrados y no era tan tarde, alrededor de las 21 h., al final encontramos uno que ya estaban cerrando, preguntamos si podíamos cenar y nos dijeron que sí, a los pocos minutos estaba el local lleno de extranjeros como nosotros buscando algo para llevarse a la boca.

Terminada la cena nos fuimos a la estación, subimos al tren y derechos a PAÇO DE ARCOS, cuando llegamos a la estación tuvimos que coger un taxi para subirnos al Hotel, no se veía ni un alma, estos portugueses son poco trasnochadores. En el taxi, a Mónica se le cayó el móvil y se dió cuenta en el Hotel, el recepcionista llamó rápidamente al taxista y a los pocos minutos llegó con el móvil que entregó muy amablemente. Nos fuimos a descansar y preparar lo del día siguiente.

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