jueves, 10 de septiembre de 2009

Hacia Samode con alojamiento en Jaipur

Interior del Palacio de SAMODE
Interior del Palacio de SAMODE Mujeres del pueblo de SAMODE nos saludan
Por el camino a SAMODE

Día 31 de Marzo

Teníamos programada la salida por carretera a las 8,30 para el pequeño pueblo de SAMODE, que cuenta con un bellísimo Palacio, convertido en un exquisito y lujoso hotel oriental, pero Mari Mar se durmió en las dulces mañanas de Abril y tuvimos que ir a despertarla de sus exóticos sueños orientales. Por fin se despereza y nos vamos a rellenar un poquito el estómago para el camino, tomamos algo de fruta, café y un croissant con mermelada, hay excesivo personal para atendernos, es un poco agobiante, están continuamente retirando lo usado de la mesa y la verdad es que no tienes libertad para desayunar a gusto.

Salimos hacia SAMODE, por una carretera que al parecer es autovía, bueno yo sé que hay que ir pagando cada tramo, no hay ningún muro de seguridad a los lados, sólo una pequeña valla que fácilmente los peatones se la saltan y cruzan continuamente, tal es así, que por desgracia el coche que iba delante de nosotros volteó a un peatón y le mandó a los cielos, el coche que venía a la izquierda nuestra le arrastró e incluso le paso por encima de las piernas, con lo cual creo que no salió muy bien parado, era un joven de aproximadamente 30 años mas o menos, supongo que con esta malísima circulación y la autovía sin protección para que los peatones puedan pasar por donde quieran, habrá numerosos accidentes diarios, pero allí…. ¡la vida no vale nada!, ¡uno menos!, ¡horroroso!

De DELHI a SAMODE había 160 km., situado a 42 kilómetros al norte de la ciudad rosada, tardamos 4 horas en llegar y eso que teníamos un buen conductor, pero aún así, como teníamos que ir tocando el claxon y esquivando a todo el que venía de frente, cuando no al peatón, a una vaca, etc.…., todo un numerito, cada dos por tres un camión volcado debido al exceso de carga.
Llegamos al pueblo, enclavado en unas colinas verdes y con unas vistas espectaculares. Estaba lleno de gente que iban en procesión por una fiesta religiosa, todo el mundo detrás de la carroza, bailando y cantando, al vernos la gente se volvía a saludarnos cariñosamente, al mismo tiempo los niños salían del colegio y rodearon todo el coche saludándonos y pegándose al coche, repartimos unos caramelos y unas cuántas cosillas.
Por fin llegamos al Palacio, ¡menudo enclave y menudas vistas!, antes de pasar al comedor, nos disponemos hacer la visita, en la puerta un señor muy mayor, vestido con el traje del país, nos da la bienvenida con una pequeña marca en la frente, empezamos la visita del palacio, ¡espectacular!

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